Este es un tema muy importante. Nuestras decisiones son como el timón de nuestra vida. Nos dan la dirección a la cual nos vamos dirigiendo y dibujan el mapa de nuestra travesía por la tierra. Ellas están total y completamente influenciadas por nuestras convicciones, principios y valores, además de por nuestra madurez.
A lo largo de nuestra vida nos toca tomar todo tipo de decisiones. Algunas son más importantes que otras. Algunas pueden parecer irrelevantes e insignificantes, como la decisión de qué ropa voy a usar hoy para ir a la escuela o al trabajo. No obstante, lo que tenemos que recordar es que toda decisión acarrea consecuencias.
Con el paso de los años nos toca tomar decisiones que son cada vez más trascendentales. Por ejemplo, pienso en mis hijos de diez y siete años. Las decisiones que ellos toman hoy son muy simples, ya que no implican una gran responsabilidad, como es el caso de Sergio y mío, que somos sus padres.
Mis hijitos tienen que decidir sobre cosas como: «¿Con qué juguete juego hoy?», «¿Hago la tarea ahora o más tarde?», «¿Qué deseo comer?». En general, aunque para ellos signifique un mundo de diferencia jugar con Optimus Prime o Bumblebee, los grandes sabemos que ese tipo de decisiones que ellos toman no cambiará el curso de sus vidas en lo más mínimo… aunque también somos conscientes de que como padres tenemos la responsabilidad de ayudarlos desde pequeños a pensar antes de tomar cada decisión y explicarles las consecuencias de elegir sabiamente o no.
Sin embargo, querida amiga, tú ya te encuentras en una etapa de la vida en la cual tus decisiones pesan, y mucho. Por eso es muy importante que pienses con cuidado antes de hacer ciertas elecciones que involucran tu cuerpo, tu salud emocional y en especial tu paz espiritual.
Decide con cuidado en cuanto a tus amigos. Recuerda que ellos ejercen una tremenda influencia sobre tu vida. Elige cuidadosamente a quién le abres la puerta de tu casa, a quién le confías cosas íntimas, a quién estás dejando influir en ti.
Decide con cuidado con quién te vas a casar. Esta es una de las decisiones más importantes de tu vida. No te apures, explora, conoce, comparte, evalúa. ¡En este blog encontrarás excelentes consejos para elegir sabiamente a tu compañero de ruta!
Decide no involucrarte en vicios, drogas o cualquier tipo de actividad que dañe tu cuerpo. Recuerda que las consecuencias pueden ser tremendas, y en ocasiones hasta irreversibles. No seas egoísta y recuerda que tus decisiones de hoy pueden llegar a afectar la vida de tus hijos cuando quedes embarazada. Da muestras de madurez y procura decidir con sabiduría.
Decide alimentar tu mente con las cosas correctas. Hay un dicho muy conocido que dice: «Basura entra, basura sale». Si dejas entrar basura a tu mente, permitirás que todo tu cuerpo se contamine, y lo único que podrá salir de él es basura. Decide no involucrarte con la pornografía, las fantasías sexuales, la masturbación y demás hábitos nocivos, que solo ensucian tu mente y se convierten en un peso que llevarás a tu matrimonio.
Decide sabiamente en cuanto al sexo. Demuestra madurez y recuerda las consecuencias. Todos hablan de los embarazos no deseados y abortos que miles de chicas latinas experimentan por acostarse o tener relaciones sexuales casuales, pero pocos hablan sobre la vergüenza, el sentimiento de suciedad que queda dentro de una, el arrepentimiento y la impotencia de no poder volver el tiempo atrás. Nadie habla de la desilusión de las personas que tienen expectativas con nosotras. Nadie habla de la vergüenza de no poder darle el regalo de tu virginidad al hombre que de verdad te va a amar, respetar y cuidar, ese que va a llegar hasta el matrimonio contigo.
Nunca decidas apurada o bajo presión. Tómate tu tiempo, piensa, evalúa, pon en la balanza los pros y los contras. Nunca decidas por pura emoción. A veces cometemos estupideces que después no podemos remediar.
Decide tu futuro. Elige una carrera que te apasione, para que cuando trabajes en eso puedas disfrutarlo. Nunca decidas lo que vas a estudiar comparándote con tus padres o hermanos. Nunca decidas lo que vas a estudiar solo para satisfacer el sueño que tus padres no pudieron cumplir, porque quizás ese no sea tu propósito en la vida. Ten la confianza de contarles a tus padres lo que en realidad te gustaría estudiar, y seguramente ellos te apoyarán.
Decisiones, decisiones, decisiones. Decide siempre pensando también en tu paz espiritual. Decide pensando que cada noche podrás colocar tu cabeza en la almohada sintiéndote satisfecha y feliz contigo misma, porque hiciste todo lo que estaba a tu alcance para agradar a Dios y decidir en pro de tu propio bien y el de los demás. ¡Honra a tu Padre amoroso con todas tus decisiones!