Querida amiga, si ya tienes novio, disfruta de este momento precioso. Solo recuerda que esta etapa también te sirve para conocer profundamente a tu chico y evaluar si es la persona con la que quieres compartir toda tu vida, tener hijos y formar un hogar.

Convengamos en que la intención de cualquier noviazgo es llegar al matrimonio con esta persona tan especial de la que estamos enamorados. Sin embargo, considerando que el noviazgo es un período de conocerse mutuamente a profundidad, también es posible que mientras tratas de cerca a este chico salgan a la luz algunos aspectos que desconocías y pueden ser banderas rojas de advertencia en la relación. Si este es tu caso y las actitudes de tu novio llegan a preocuparte y robarte la paz, lo mejor es que ambos se tomen un tiempo en oración para ver cómo continuar la relación. Mi consejo también es que cada uno tenga un mentor, una persona espiritualmente madura que pueda escucharles, guiarles en oración y aconsejarles con sabiduría. Si en el transcurso del proceso ven que las diferencias son irreconciliables, lo mejor es que terminen la relación cuanto antes, procurando que esto no cause tanto dolor.

Cualquier ruptura es dolorosa y quizás te intimide el qué dirán o los comentarios que se levanten después que hayan terminado el noviazgo, pero hay un riesgo mucho mayor en continuar hacia el matrimonio con esas banderas rojas, ya que todas las características de tu compañero continuarán iguales e incluso se profundizarán una vez que se casen. No es verdad que alguien pueda cambiar después de la boda. Todo lo que ambos son en el noviazgo se potenciará dentro del matrimonio. Por eso este tiempo de conocimiento mutuo resulta tan importante.

Amiga, si en tu noviazgo estás viviendo algunas de las siguientes experiencias, creo que llegó tu momento de escapar. Corre por tu vida y huye hacia la libertad. (Tomado de Tal para cual, de Sergio y Carina Valerga, Editorial Mundo Hispano.)

Celos desmedidos

Una cierta medida de celos es común cuando tienes novio. Todos celamos un poco lo que queremos. Sin embargo, el tema de los celos puede ser un arma de doble filo y una forma de manipulación tanto para las chicas como los chicos. Así que ten mucho cuidado. Si estás sintiendo que tu novio te cela demasiado o llega a ser muy posesivo, te aconsejo que busques ayuda con un consejero espiritual que ore contigo y siga de cerca el comportamiento de tu pareja. Muchas veces los celos extremos son indicadores que nos advierten que no sigamos en esa relación, la cual puede llegar a ser enfermiza.

Deseos de controlar

En el período del noviazgo nadie tiene derecho a inmiscuirse en la vida de la otra persona y presionarla para que decida una u otra cosa que tenga que ver con su vida familiar, sus estudios, metas o gustos. Debe mostrarse un gran respeto por la privacidad de la otra persona. Ninguno es posesión del otro, cada uno es dueño solo de sí mismo y les rinde cuentas a sus respectivos padres. Por lo tanto, ambos deben aceptar que hay fronteras que no deben traspasar. La Biblia nos dice que solo nos pertenecemos el uno al otro dentro del matrimonio. Si notas que tu novio pretende manipularte y controlarte, confróntale con amor y recuerden que no somos competencia, sino un complemento. La comprensión es clave en cualquier relación de dos, con más razón en el noviazgo como antesala del matrimonio. Se trata de respetar todo aquello que sea bueno, aunque no coincida con tus ideas o gustos. Nadie tiene derecho a cambiar la forma de pensar del otro.

Infidelidad

En el noviazgo tiene que existir fidelidad, porque es la escuela para el matrimonio. Si de novios uno, otro o ambos son infieles, seguramente en el matrimonio será peor, si es que se llega a esa etapa. Si este muchacho del cual estás enamorada se atreve a serte infiel y lastimar tu corazón durante esta etapa del «conocimiento mutuo», creo que por más doloroso que sea al principio, debes acabar con esa relación. Recuerda que todo lo que cada uno es por separado se potencia en el matrimonio. ¡Qué bueno que te diste cuenta durante el noviazgo de que esta persona no te merece! Asegúrate de buscar ayuda espiritual a fin de perdonarlo y olvidar. No te lleves rencores de ningún tipo a tu próxima relación. Pienso que como personas que buscamos agradar a Dios nadie quiere fracasar, pero si te tocó afrontar esta situación, sé fuerte, perdona, olvida y deja al Señor sanar tu corazón para llegar completa emocionalmente al chico con el cual formes una familia.

Maltrato

Cualquier tipo de maltrato verbal, emocional o físico es un antecedente que se debe tener muy en cuenta. No pases por alto los pequeños indicios y pide ayuda. No dejes que el enamoramiento te ciegue, y esto es tanto para los chicos como para las chicas. No permitas que tu pareja abuse en ningún sentido de ti. En el noviazgo no debe haber lugar para los insultos, las palabras groseras, los tratos bruscos, y mucho menos la agresión física de ningún tipo. Ni siquiera permitas que como un «juego» te ponga la mano encima de ninguna manera. Nada de codazos, pellizcos, ni mucho menos ataques de ira que desemboquen en cachetadas, manotazos o golpes. Si haz llegado a sufrir de alguna de estas cosas, esto es un claro indicador de que esa persona no te edifica en ningún sentido. Otra vez se trata de tomar la decisión, aunque al principio duela, de cortar la relación. En caso de que después de tu decisión esta persona siga persiguiéndote, buscándote o acosándote, deberás pedir ayuda a tus padres, líderes espirituales y quizás hasta a las autoridades policiales.

Confusión y falta de paz

La sinceridad total es muy importante en el noviazgo. Si después de un tiempo empiezas a experimentar confusión y falta de paz, dándote cuenta de que la otra persona no te conviene, no te llena, no es igual a ti y no son el uno para el otro, debes ser totalmente sincera y decírselo antes de que sea demasiado tarde. Una señal clara para darte cuenta de esto es que sientes como que la relación se ha enfriado. Ya no sientes esa emoción, esa pasión por compartir con tu pareja. A veces te cuesta orar porque no sientes paz. Si este es tu caso, muy posiblemente estés a tiempo de cambiar de dirección. Sé muy prudente al comunicárselo a tu novio y trata de no lastimar sus sentimientos. Posiblemente sea algo mutuo que ambos ya estaban sintiendo desde hace un tiempo, pero lo importante es que sean sinceros y saquen el tema a la luz.

Aislamiento

Si desde que se hicieron novios se alejaron de sus amistades, sus familias, sus actividades sociales y hasta de la iglesia, este es un síntoma de que la cosa no funciona. Si antes eras una persona sociable, llena de amigos, alegre, divertida y a la que le gustaba pasar tiempo con la gente, pero al comenzar tu noviazgo te volviste amargada, triste, solitaria y menos efectiva en tu trabajo y estudios… algo no está bien. Cuando disfrutas de la relación correcta eres una mejor persona. Cuando encuentras al chico indicado, él te hace mejor. Además, dedicarle todo el tiempo a tu pareja los va a llevar a estar mucho más expuestos a las tentaciones sexuales.

Otros síntomas a tener en cuenta

  • Sientes que tu novio es demasiado crítico. Nada de lo que haces está completamente bien.
  • No dedica tiempo a escucharte e interesarse por tus sentimientos.
  • Da muestras permanentes de irresponsabilidad.
  • Te asustan sus reacciones de enojo y su temperamento fuera de control.
  • Descubres que te ha mentido varias veces o temes que te oculte algo.
  • Su escala de valores es totalmente diferente a la tuya.
  • Le cuesta admitir sus errores y se muestra siempre orgulloso.
  • En vez de ser espiritual, con frecuencia tiene un comportamiento religioso.
  • Está luchando con adicciones en su vida.

 

Si uno o varios de estos aspectos te hacen dudar de tu noviazgo, dialoga con Dios y busca los consejos y oraciones de alguna líder madura que tengas cerca y a quien admires mucho. La buena noticia, querida amiga, es que no estás sola. ¡Aunque esta es una de las decisiones más importantes de tu vida, tu Padre está a tu lado en todo el proceso para guiarte, protegerte y ayudarte a disfrutar de un amor mejor del que has soñado!