Déjame darte un consejito bien directo: ¡Viaja todo lo que puedas, querida amiga! Aprovecha tu época de soltera para ensanchar tus horizontes.
Atrévete junto con tus mejores amigas a emprender un viaje inolvidable. Créeme que llegará la época de formar una familia y criar a tus hijitos, en la cual no te será tan fácil hacerlo. Viajar te enriquece, te abre la mente para comprender otras culturas y te enfrenta a la realidad ya sea cercana o lejana en la que viven diariamente otras personas. Viajar puede enseñarte mucho más que todos los libros de historia que leas en tu vida. (Seguro ya adivinaste que no me llevaba muy bien con esta materia.)
Y no pienses tan solo en los viajes de placer. ¿Por qué no proponerte hacer una viaje a la necesidad? Sí, sí, leíste bien: un viaje a la necesidad. Conozco chicos a los cuales un viaje y un destino en particular les han cambiado la vida. Quizás hasta descubras en un viaje tu propósito, tu pasión, o incluso a qué te dedicarás en los próximos años. Un viaje a la necesidad también nos sirve para ponernos en perspectiva y agradecerle a Dios por todo lo que tenemos. Nos ayuda a valorar más a nuestra familia y seres queridos. Nos hace más conscientes de una cruda realidad que a veces encontramos a la vuelta de la esquina, sin necesidad de recorrer muchos kilómetros. Y si en uno de tus viajes tienes la bendición de encontrar un desafío más grande que tus propias ambiciones, te habrás convertido en una mejor persona, una chica más generosa y consciente de los que te rodean.
Te propongo la idea de que en algún momento del año próximo decidas hacer un viaje inolvidable con tus mejores amigas. Piensa en un destino desconocido, vuélvete creativa y soñadora. ¡Vamos, amiga! ¡Lánzate a la aventura!