«Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno». Efesios 5:15-16
Amiga, sé una buena administradora del tiempo que Dios te ha asignado en la tierra. He tenido que disciplinarme a fin de dedicar ciertas horas a orar y adorar a Dios, cierto tiempo a mi esposo y mis hijos, cierto tiempo al cuidado de la casa, al estudio, a hacer algo que disfrute, al esparcimiento y a cada una de las actividades que realizo. Cuando te toque formar una familia y tener hijos, vas a comprender que no se puede desperdiciar el valioso tiempo que se nos ha asignado.
Hace unos años me di cuenta de que se me pasaba el día en mil cosas, pero que a la noche experimentaba un sentido de frustración porque consideraba que no había podido avanzar en proyectos que eran importantes para mí. Tuve que aceptar que estaba manejando de forma muy desorganizada mi tiempo y necesitaba hacer algunos cambios.
Las mujeres tenemos la ventaja de que podemos hacer muchas cosas al mismo tiempo, ¿te has dado cuenta de eso? No quiero sonar feminista, pero esa es una de las características principales que nos diferencian de los chicos. Tenemos la capacidad de almacenar muchas cosas en nuestra mente e ir realizándolas al mismo tiempo. No obstante, descubrí que eso también era una desventaja, y permíteme explicarte por qué. Me percaté de que comenzaba mi día sin un objetivo claro que cumplir, lo cual actuaba en contra mía.
Pasaba la mañana de un lado a otro: tendía una cama, hacia una llamada telefónica, después veía el piso sucio y barría, ponía algo de ropa a lavar, me sentaba a hablar con la familia, se me olvidaban los ciclos de la ropa, volvía a tender la cama de la otra habitación, hacia el almuerzo y luego de comer me sentía rendida e intentaba dormir una siesta. Sin embargo, al acostarme no me podía dormir, porque me acordaba que tenía otra tanda de ropa que atender y también me había olvidado de hacer unos pagos. Sin poder dormir, me levantaba y como quien dice «seguía tirando tiros para todos lados». Al final del día estaba agotada y me daba cuenta de que no me había alcanzado el tiempo para mis proyectos personales. Si ya eres esposa o madre, entenderás que todos los días hay cosas que limpiar, acomodar y arreglar en la casa. Ese trabajo siempre va a estar ahí. Si tienes hijitos como yo, siempre vas a tener que guardar juguetes, acomodar la ropa tirada, cocinar y cumplir con huchas tareas rutinarias.
Te voy a contar algo que escuché y que me ayudó bastante a organizar mi tiempo. En una de esas mañanas prendí la tele y escuché el consejo que necesitaba. Una mujer a quien respeto y admiro mucho confesó que a ella le ocurría lo mismo, pero había tomado algunas decisiones muy simples y se dio cuenta de que su tiempo ahora le rendía mucho más. Desde ese día he intentado planificar en mi mente lo que quiero hacer el próximo día y priorizar mis actividades. Lo que ella hizo fue tan simple como dividir las horas del día a fin de concretar las cosas y enfocarse en un proyecto a la vez. Por ejemplo, en lugar de ir limpiando toda la casa durante varios días, definir qué área quiero terminar hoy. Es algo muy sencillo, pero que al final del día te da la satisfacción de ver que avanzaste en uno de tus proyectos. A partir de que recibiera ese consejo, he comprobado que mis días me rinden mucho más y me siento más feliz. Si tengo proyectos de traducción que hacer, divido la mañana de tal manera que me siente a trabajar de tal hora a tal hora y me enfoco solamente en avanzar con esa tarea. Descubrí que avanzo mucho más rápido, me distraigo menos y el enfocarme me hace más disciplinada. También hago igual con los quehaceres de la casa. Por lo general dedico una mañana (si es posible la misma mañana de cada semana) a lavar la ropa. Entonces por la tarde, como me esforcé y me determiné a terminar por la mañana, tengo varias horas libres para algún proyecto personal, una salida u otra actividad.
Espero que este consejo te ayude, querida amiga, y que puedas también crearte el hábito de diseñar una agenda personal. A mí me ayuda mucho tenerla online y compartirla con la de mi esposo, así los dos sabemos qué actividades tenemos en los días por delante. El calendario de Google es una excelente opción.
El desafío de este artículo es que te propongas organizar tu día usando una agenda. Ya sea física o virtual, te recomiendo que te hagas el hábito de utilizarla para sacar el mayor provecho de tu tiempo… ¡que vale oro!